Monty estaba en la guardería con nosotros y aunque era un perro cariñoso también era algo gruñoncete.
Una mañana vinieron a conocernos Adrian y su compañera de cuatro patas Clyde.
Aún conociendo el geniete de nuestro peludo, Adrian decidió llevarse a Monty a su casa y darle una oportunidad .
En menos de una semana consiguió que Monty se aclimatase a su estilo de vida, haciendo de él un perro obediente y equilibrado.
Ahora disfruta corriendo junto a Clyde por los alrededores de su nuevo hogar.
Gracias por adoptar y que seáis muy felices.